martes, 2 de febrero de 2010

Fondo Monetario Internacional

Cuatro tíos y un hermano estaban dedicados al comercio de obras de arte, pero él consiguió vender un cuadro, sólo uno, en toda su vida. Por admiración o por lástima, la hermana de un amigo le pagó cuatro cientos francos por un óleo, El viñedo rojo, pintado en Arles. Más de un siglo después, sus obras son noticia en las páginas financieras de diarios que jamás leyó, son las pinturas más cotizadas en galerías de arte donde nunca entró, las más vistas en museos que ignoraron su existencia y las más admiradas en academias que le aconsejaron que se dedicara a otra cosa. Ahora Van Gogh decora restoranes que le negarían comida, consultorios de médicos que lo encerrarían en el manicomio, y estudios de abogados que lo meterían preso.

Eduardo Galeano "Van Gogh" en ESPEJOS


A algunos nos ha tocado la mejor lotería. La mía ha sido el que mis hijos contaron desde muy pequeños, con compañeros que les ayudaron a nacer al mundo a través de la lectura comprensiva.Uno de ellos, ya fallecido, vivirá en su recuerdo.A los demás, que la naturaleza les permita vivir para la enseñanza muchos años más.Para todos ellos, mi más profundo agradecimiento por saber jugársela en una sociedad capaz de encerrarlos en un manicomio.